VIVIENDA CON ACENTO
Construir vivienda en la Ciudad de México y no en la periferia, ha sido un tema común de académicos, políticos y empresas.
Sin embargo, la generación de cientos de unidades accesibles, con la densidad requerida y el marco regulatorio había sido una tarea titánica que al parecer empieza a dejar la discusión para ser parte de las acciones que hagan factible redensificar distintas zonas de la metrópoli.
Una norma emergente promovida para la Ciudad de México y los cambios de política de montos en el otorgamiento de crédito por parte de los institutos de vivienda, permiten vislumbrar un entorno distinto para desarrolladores en múltiples zonas de la ciudad donde se requieren unidades para mitigar el déficit.
Apenas la semana previa, comentamos del ejercicio que el despacho TEN Arquitectos liderado por Enrique Norten desarrolla con Quiero Casa liderada por José y Salomón Shabot en Calle 4.
Con una inversión estimada en más de $100 millones de pesos ambos buscan levantar en la colonia Cuchilla Pantitlán, justo en una zona contigua al nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, 126 departamentos con superficies que parten desde 50m2.
La apuesta es integrar un proyecto a una zona que cuenta con los servicios urbanos y reciclar como lo han hecho otras iniciativas privadas, zonas industriales. En éste caso un predio industrial de 2,700 m2 que operó hasta sus últimos días como imprenta.
Los departamentos entrarán al rango de 1,150 mil pesos sujetándose al nuevo techo de financiamiento individual que el Infonavit anunció en días pasados.
El modelo podría ser replicado en otras zonas de la ciudad, no sólo para mantener el crecimiento del negocio de la vivienda media, en especial el enfocado a proyectos sociales donde el distintivo de arquitectura de valor y un conocimiento profundo del espacio hagan proyectos democráticos con costos accesibles.
Sería recordar lo que otros ya han hecho en años recientes. Basta recordar al brasileño Paulo Mendes, premio Pritzker 2006, o bien algunos ejercicios hechos por el propio Norten en Nueva York.