CORONAVIRUS & OFICINAS FLEXIBLES

Más allá de las pérdidas humanas y económicas que representará la pandemia del COVID-19 a distintos países, para México la integración de nuevas formas de trabajo en los últimos años abre un nuevo panorama para la vida laboral en medio de la contingencia médica.

Hoy prácticamente, las ciudades medianas y grandes cuentan con espacios corporativos que han hecho posible la integración de nuevas formas de colaboración en las organizaciones y a quienes de manera independiente desarrollan actividades profesionales.

Entender el fenómeno de menor socialización y lo que está por venir en el mercado de oficinas será coyuntural para los movimientos que experimentará este nicho, ya de por sí impactado por distintos factores en algunas regiones del país.
Los espacios flexibles han sido relevantes en el comportamiento reciente del negocio de oficinas, porque han permitido vía la integración de áreas de trabajo no permanentes y bien comunicadas tecnológicamente, formas distintas de colaboración.

Entre 2017 y 2019 el inventario de espacios de coworking creció 87% de acuerdo con una estadística compartida el año pasado por la firma CBRE.

Por ello las formas distintas de la vida laboral lograron impactar los niveles de absorción en un movimiento que si bien sólo fue temporal, revolucionó la forma en que propietarios y administradores lidiaron con nuevos hábitos de tenants que a su vez, requieren la flexibilización de políticas operativas ante un mayor número de habitantes de los espacios corporativos.
Realmente lo importante de la herencia de los espacios colaborativos y de uso flexible, es el camino que dejaron para que actualmente múltiples organizaciones puedan operar de manera remota sin prácticamente impactar la actividad cotidiana ante una contingencia como la que parece ser durará más que sólo unos días.

Del lado de las empresas, la manera en que hayan robustecido sus procesos tecnológicos estará a prueba en los próximos tiempos, de tal razón que ahora más que nunca inmuebles estratégicos para contingencias como los data center, se volverán relevantes para alojar la información estratégica de las empresas.

En la visión de los inversionistas indudablemente existirá preocupación por lo que una contracción económica provocará en la ocupación de los miles de metros cuadrados que existen en el mercado.

Pero lo que esta contingencia también deja claro es el cambio de mentalidad con que empresas, arquitectos, desarrolladores, proveedores e inversionistas deberán observar el entorno para adaptar los espacios a nuevas formas de trabajo.
De lo contrario, los modelos tradicionales tendrán que esperar un largo período de maduración y aprendizaje para recuperar niveles de absorción de oficinas de tiempo completo que sólo en la Ciudad de México (CDMX), con un portafolio que casi llega a 7 millones de m2, ha representado una absorción promedio anual de 300 mil m2.

Esta crisis tan profunda como la que la canciller alemana Angela Merkel comparó con la vivida tras la Segunda Guerra Mundial, es un parteaguas en múltiples sentidos.

Se trata de una nueva era corporativa que demandará como en otras crisis de inteligencia y flexibilidad para adaptarse a un entorno que pocos veían venir.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.