DATA CENTERS ACELERAN

Apenas transcurría el primer semestre desde que inició el COVID-19 en 2020 y la demanda de actividades en línea soportados en centros de datos crecía a pasos vertiginosos.
En ese momento se veían como inusuales la demanda de conectividad y el mayor almacenamiento de datos. Sin embargo, a casi un año de distancia los distintos modelos híbridos de trabajo, producción, educación, comercio e industria médica incluyen una permanente conectividad y por tanto sugieren una mayor demanda por espacios donde operen de manera segura sofisticados sistemas de alojamiento de datos.

Es evidente que empresas grandes y pequeñas elevaron los requerimientos de servicios en la nube, para organizar la fuerza laboral de millones de colaboradores con asignaciones a distancia, muchos de ellos por primera vez involucrados en un proceso que llegó para quedarse.

Lo que será parte de la nueva realidad se mueve por un camino que no termina en la nube, dado que mucha de la información que soporta los esquemas a distancia detonaron la necesidad de data centers más robustos donde concentrarla y asegurar uno de los activos invaluables en las organizaciones sin importar su tamaño.

El reporte Data Center Global Market Comparison 2021 liderado por la firma C&W es mucho más preciso respecto a las consideraciones físicas e inmobiliarias, las ventajas del ecosistema y las implicaciones políticas y regulatorias.

Destaca la transformación de las empresas y cómo los centros de datos como receptores de los datos en la nube se volvieron cruciales en su labor de mantener la comunicación y conocimiento en el período de cambio repentino que dejó la pandemia.

Una primera aproximación indicaba que vía el uso del hosting interno de empresas o a través de modelos de infraestructura de terceros, se generaba la demanda de proveedores que hicieran factible el acompañamiento, en especial el de negocios globales.

Desde entonces se mencionaba el efecto que provocan políticas laborales de esquemas a distancia, pero empresas que los lideraban como Amazon, Microsoft, Google y Zoom ganaron una mejor percepción de inversionistas por contar con sistemas de negocios integrados a los de mayor demanda por el distanciamiento social.

Es un tema complejo que va incluso hasta los aspectos regulatorios adicionales a la nueva infraestructura requerida podría generar modificaciones importantes en la forma que la tecnología híbrida mantendrá territorialidad con miras a generar mayor eficacia y menores costos en su operación.
Así, en un extremo de la nueva configuración se ubica la infraestructura, pero en el otro los movimientos financieros e inversiones que fondos de pensión, capital privado y deuda soberana que hicieron posible la creación de poderosas plataformas en mercados desarrollados y aquellos ignorados en el pasado reciente por falta de volumen.

Otro tema nuevo en el reporte 2021 es la inclusión de las ciudades inteligentes que haría posible la generación de entornos locales sólidos para un mercado de centros de datos, hecho que entre las consideraciones inmobiliarias generan la atención con base en el número de proyectos en el pipeline, el precio de la tierra y la disponibilidad.

Un centro de datos requiere de lo anterior, además de un inquilino de hiperescala privado o gubernamental, dado que se trata de proyectos que difícilmente están sujetos a la especulación y requieren de un ecosistema local, energía y fibra donde se ubiquen.
Para aterrizar estas perspectivas, el reporte generó un Top Ten de mercados con una activa lista de proyectos. Sólo un indicador entre el año pasado y el actual es revelador del movimiento planteado. En 2020, 38 mercados analizados tenían una demanda de 1.6 gigawatts, mientras que este año se enlista 48 mercados con una demanda de 2.9 gigawatts. En las 5 primeras posiciones figuran el norte de Virginia, Singapur, Londres, Sidney y Silicon Valley.

Resulta por demás relevante que entre los mercados secundarios donde se ve un florecimiento del sector, figure Querétaro, junto con Seúl, Mumbai, Yakarta y Portland. Se les considera a éstos últimos centros regionales de rápido crecimiento, todos visualizados por los involucrados en el negocio de los data center, luego de considerar la existencia de energía eléctrica, agua y fibra para la interconexión de datos.

Hasta 2019, México era el mercado más importante en centros de datos en América Latina, después de Brasil, con un total de 250 mil m2 de inventario distribuido fundamentalmente en Ciudad de México y Querétaro, aunque también operan en Aguascalientes, Nuevo León y Guadalajara.

Reportes privados puntualizan que en función del cambio tecnológico el gasto de las empresas destinado a este rubro se redujo 10% entre 2018 y 2019.
Así que de continuar esta evolución México podría colarse a la pelea en el ranking de los principales mercados en desarrollo, al tiempo que permitiría dotar de una mejor escala para enfrentar la operación híbrida en la nueva normalidad.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg