DISTANCIAMIENTO CORPORATIVO

La nueva normalidad y los parámetros con los que operarán los espacios de oficinas siguen creando un debate sobre su permanencia o una forma distinta de utilizar el entorno corporativo para el cumplimiento de objetivos, incluyendo como pieza angular la flexibilidad de entornos.
Hasta ahora, la experiencia de firmas especializadas en los escenarios que analizan empresas no consideradas estratégicas para el regreso a las actividades, ven como factor fundamental la seguridad, la sanitización y el distanciamiento requerido para las primeras etapas.

Algunos parámetros consideran que sin importar el tamaño de las empresas, los nuevos costos y controles de acceso e incluso el tracing de los empleados, representarán un incremento de hasta 20% en el presupuesto destinado a limpieza y mantenimiento.
El nivel presupuestal del seguimiento en el control sanitario está marcado también por la filosofía corporativa de cuidado y atención del personal que regresa al espacio de trabajo, con todo y las implicaciones sicológicas que representa.
Otro factor fundamental es la tecnología empleada en garantizar el monitoreo que reduzca los niveles de contagio en el personal. Este factor pudiera representar estándares distintos en el flujo de los colaboradores, la interacción con accesos, elevadores y distintas áreas de trabajo, que anteriormente eran parte de la socialización en el workplace.

Los estándares seguidos por firmas en otros países del mundo, hablan de una política corporativa flexible en la que permanece, como ya lo hemos expuesto, el Work From Home (WFH) como un complemento de las actividades de un colaborador en las organizaciones.

Otro debate vinculado con el actual entorno, que se estima permanecerá un lapso de 18 meses, es lo que genera al alza y a la baja niveles de ocupación tradicionales dado que se estima que en este lapso apenas serían de 50%.

Algunos creen que no habrá un éxodo o cancelación masiva de m2 de espacios. Ello implicaría penalizaciones establecidas en los contratos, además del efecto en cascada de niveles de desocupación no vistos incluso en crisis como la reciente por las subprime.

Pero es evidente que habrá un impacto. Hasta ahora, analistas estiman que sería de entre 3 y 5% de la absorción anual en mercados como la Ciudad de México (CDMX). Lo anterior, representaría un promedio de 100 mil m2, equivalentes a 1% del inventario disponible.

Si bien, a diferencia de otros mercados como Estados Unidos, en México los contratos de arrendamiento en inmuebles de nueva generación se dan entre 3 y 5, y hasta 10 o más años, existe optimismo en que los casos de devolución de espacios puedan compensarse con otras estrategias.
Nos referimos a la contratación de espacios adicionales que permitan redistribuir hacia las zonas de mayor densidad poblacional, espacios intermedios de oficinas donde los colaboradores puedan efectuar actividades, dado que el home office es sólo un elemento, pero no el único para operar en los nuevos tiempos.

Lo que es un hecho es que conforme avance el tiempo, surgirán fórmulas que permitan adecuarse a las empresas al entorno post-covid. Serán estrategias utilizadas en otras ciudades del mundo que como dice la firma 3g Smart Group, se enfocarán en el corto, mediano y largo plazos a un nuevo ecosistema marcado por el teletrabajo y una mayor racionalidad en la asistencia física a la oficina.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.