INESTABILIDAD CAMBIARIA

El referéndum que los británicos realizarán mañana jueves para decidir su permanencia en la Unión Europea está siendo el nuevo motivo que presiona la estabilidad cambiaria, en particular la que ha traído en jaque el valor del peso frente al dólar estadounidense.

A mitad de año, éste sólo factor pareciera ser el centro de atención a partir del cual muchos analizan apuestas de inversión, más allá de su impacto en el negocio de los bienes raíces: las ganancias de los FIBRAS, los temores de quienes adquirieron deuda en dólares y a quienes comercializan o desarrollan inmuebles, suplir inventarios con insumos importados con costos cada vez más altos.

Y no es para menos, los pronósticos ubican al dólar por arriba de los 19.50 pesos.

Además las cosas en la industria se han tornado más complejas aún. Por semanas en el mercado hipotecario se ha previsto un aumento en las tasas de interés que daría fin a la guerra de tasas en un mercado donde la banca lidera la colocación de créditos, y los organismos de vivienda viven su ocaso ante la falta de políticas de financiamiento integrales, de largo plazo y con sentido social.

Sin embargo, como en toda turbulencia, la que se vive en éstos días pareciera tener un reto mayor aún para la industria. Se trata de la forma en que el mercado mexicano logre afinar propuestas atractivas para fondos de inversión globales listos para adquirir inmuebles estabilizados y con inquilinos AAA.

Las tasas de rentabilidad en adquisiciones son atractivas en México. No así las oportunidades que buscan los grandes cazadores. Si observamos las transacciones realizadas hasta el momento, el ritmo de operaciones ha perdido su dinamismo ante la ausencia de activos que hagan sentido a la inversión institucional.

Con todo, el mosaico en que se encuentra segmentado el mercado de los bienes raíces abrirá opciones para los grandes compradores, los experimentados que han aprendido a leer las opciones de inversión.

Es por eso que pronto, podrían empezar grandes proyectos no mapeados donde se puede considerar nueva inversión asiática, el regreso de fondos de inversión y más aún, emprendedores que empezarán por apostar a corredores inmobiliarios donde es factible desarrollar.

Lo anterior, adicional a los grandes proyectos de inversión de largo plazo que siguen en el mapa de desarrolladores. Por ende, si bien las grandes operaciones generan influencia, en el mercado las apuestas siguen corriendo.

No olvidemos que en los años recientes, grupos de inversión han consolidado una atractiva reserva territorial para proyectos de usos mixtos, todos con retos grandes pero siempre proyectados para el largo plazo.

Esa es una de las razones del equilibrio que aún en medio del caos ha regulado el negocio del real estate en los últimos tiempos. Lo distinto en esta ocasión, es que la tormenta se ha manifestado sin crisis financiera declarada y con un escalón que no alcanza para la demanda del capital que requiere de mayor madurez.

Si el mercado no responde, entonces las oportunidades del ciclo inmobiliario podrían pasar de largo.