BACK TO THE OFFICE II

Los lineamientos que soportan el regreso a las oficinas, plantean un mundo virtual con ideas innovadoras, pero retos mayúsculos para hacerlas realidad.

Uno de los más importantes es el factor económico. Pensar en ajustes a las áreas de trabajo que involucren diseño, estética, mobiliario o habilitar áreas de coworking internos e incluso contratar alguno distribuido en el exterior del corporativo no luce sencillo.

El estudio (Y)our Space aplicado globalmente por Newmark indica que las reubicaciones o adecuaciones basadas en el costo tienen una baja aceptación en las empresas. De tal razón que sólo para 34% de las empresas encuestadas es el objetivo fundamental y para 30% la reducción de espacios forma parte del proceso, dado que involucra una optimización del espacio.

Otro factor es el contexto y recuperación del ciclo complejo que vive el mercado en específico en la Ciudad de México (CDMX). De las crisis recientes que han ocurrido en el mercado de oficinas, mismas que han llevado un promedio de 2 años en recuperación,  la actual representa un desafío relevante.
Con un inventario que rebasa los 7.5 millones de m2 y una tasa de disponibilidad de 22.65%, se estima que a diferencia de años como 2003 y 2017, la recuperación será hasta 2022.

Por ende y con base en  las adecuaciones se trata de una cirugía mayor en los espacios. Es un nuevo diseño que incluye infraestructura tecnológica y física para soportar el teletrabajo, permanencia del espacio físico, reuniones mixtas (virtual y presencial), así como espacios amplios y no asignados.

Son adecuaciones que también consideran elementos como la revisión de los sistemas mecánicos, de higiene y salud, sistemas de ventilación del aire acondicionado, calefacción y ductos.

También consideran, como sugiere la firma IKUSI Velatia, hacer realidad la creación de áreas de ventilación natural.
Y es que el diseño de espacios desde su perspectiva involucra una nueva necesidad de orden y estructura de áreas comunes, es decir la disposición del mobiliario y espacios de las cafeterías, salas de juntas, comedores, salas de espera, entradas, salidas y lockers o casilleros.

Lo que luce complejo se relaciona con el aspecto económico, como hemos mencionado.

Pese a la complejidad, es un común denominador que firmas globales han venido señalando desde el inicio de la pandemia.
El área de workplace de CBRE propuso por ejemplo, una actualización a su perspectiva con 7 consideraciones. Entre ellas destacan la tecnología para la presencia mixta en reuniones y el factor sorpresa que se genere en los espacios para crear una estética de entornos funcionales, pero de alto rendimiento y confianza. Es decir, influir en la experiencia de la oficina.

Por ello, en recientes colaboraciones hemos destacado la relevancia de la hospitalidad como uno de los factores que inciden desde el administrador hacia los inquilinos corporativos para facilitar las nuevas necesidades, y estos a su vez para crear experiencias de confort y flexibilidad en los empleados.

Las propuestas incluyen incluso indicadores nuevos de rendimiento en la cultura y comunidad. Estos KPIS se refieren al compromiso/satisfacción de los empleados, las tasas de permanencia y rotación, así como el rendimiento de las encuestas en factores como la socialización.

Por tanto, es un hecho que en la era post COVID-19 los cambios en los espacios de trabajo estarán sujetos a la manera en que se desarrolla el trabajo, la expectativa de los colaboradores y el papel de sitio donde se desempeña.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg