CIRCULAR CITIES

Los nuevos criterios de planeación encuentran en este modelo una opción para el desarrollo post COVID-19.
La pandemia trajo a la mesa la antigua discusión sobre la necesidad de modelos distintos de planeación urbana. Sólo que esta vez algunas tendencias enmarcadas en el estilo de vida y las formas híbridas de trabajo crearon planteamientos diferenciadores.

En resumen, como lo han mencionado distintos analistas, se trata de ciudades asequibles, con menor densidad con diversidad, convivencia y cultura.

En la densidad radica la huella de carbono que han generado en los últimos años. Y es que las ciudades consumen más del 75% de los recursos naturales, producen más de la mitad de los desechos mundiales y emiten entre 60 y 80% de los gases con efecto invernadero.

Gensler propuso en un análisis reciente la adopción de un enfoque regenerativo y resiliente para el nuevo diseño urbano. El denominado consumo lineal sería entonces sustituido por ciudades con metabolismos circulares que evitan la expansión, reutilizan los desechos y aumentan la biodiversidad de áreas verdes.
Es decir, una sostenibilidad basada en una administración ecológica. Un caso que la firma arquitectónica evaluó está en la costa sur de China, donde se ubica el proyecto Zona Ecológica Especial de Xichong, justo en el Nuevo Distrito Dapeng de Shenzhen.

Justo en esta zona que une tres arroyos en medio de las colinas que van hacia el mar, las antiguas aldeas locales presionadas por el crecimiento económico.
Un hecho cambió la historia antes de la pandemia, y fue el tifón Mangkut que dio origen a un nuevo master plan que buscó reinventar una nueva ciudad, a partir del rescate de la naturaleza y normar un modelo distinto de desarrollo económico y ecológico sostenible para las aldeas y convertirlo en un destino turístico regional.
Pero en el ámbito de las ciudades es un hecho que la forma de vida post COVID-19 ha influido en el panorama y desempeño de algunas ciudades como Austin, Charlotte, Denver y Raleigh en Estados Unidos.
En todas, el común denominador ha sido el efecto en el real estate y la planeación de un estilo de vida distinto, basado en la relevancia de las nacientes políticas de trabajo híbridas y flexibles, así como prioridades distintas de sus habitantes que están generando posibles cambios de residentes urbanos a este tipo de ciudades.

En la encuesta City Pulse 2021, uno de cada tres empleados con capacidad de trabajar remoto busca en el mundo trasladarse a otros sitios.

El juego del modelo de planeación se basa en el dilema de las áreas urbanas y empresas por atraer y retener personas.
El destino de esa estrategia de una zonificación distinta que resuelva las condiciones actuales está centrado en la generación de experiencias con densidades distintas, que no sólo generen bienestar, sino que resuelvan problemáticas con opciones accesibles para los habitantes y colaboradores.

Y no sólo eso, en la planeación la infraestructura de transporte multimodal y tecnología con mayor acceso a banda ancha, harán posible la conectividad pero también oportunidad de micromovilidad.

En especial, estos aspectos importan a las dominantes generaciones millennials y Z que en múltiples encuestas al paso del tiempo han manifestado la necesidad del regreso a la oficina con la finalidad de promover contacto físico, así como entrenamiento y tutoría.

Son todas manifestaciones de la necesidad de una amplia gama de opciones o sedes para desempeñar el trabajo. Este fenómeno analizado con mayor profundidad en ciudades asiáticas, puede verse reflejado en nuestro país con el oxígeno que han tomado las distintas redes de coworking, dinamizado a raíz de las necesidades generadas por la pandemia.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg