PERSPECTIVAS & REALIDAD
La semana previa enfatizamos en la forma que el real estate turístico empezó a impactar el ritmo de crecimiento en distintos destinos turísticos del país.
Abordamos los factores internos, pero no abundamos en el contexto regional. Cómo en América Latina y El Caribe, la economía apenas crecerá 1.7%, de acuerdo con una previsión del Banco Mundial.
Este impacto se acompaña con el ajuste en la tasa de crecimiento anual del turista internacional cayó, pero fue compensado con un incremento del gasto promedio del turista, a propósito de la dinámica cambiaria.
Así, mientras la economía nacional y quienes la miden internamente debaten por qué no existe recesión, los destinos turísticos del país son objeto de análisis de inversionistas globales que han ampliado los tiempos de decisión.
Sin embargo, las decisiones se mantienen, al grado de continuar el crecimiento en Riviera Maya, como ya lo mencionamos. En este corredor, se edifican 3proyectos grandes para Riviera Maya, uno de ellos tendrá 850 habitaciones con una inversión de $250 millones de dólares y estará listo a finales de año. Los otros dos proyectos tendrán 1,000 habitaciones cada uno y aún se encuentran en construcción, su apertura se espera para el mes de octubre.
A su vez, en Ciudad de México, el segundo mayor destino de inversión hotelera y la mayoría los cuartos enfocados en el segmento de negocios, se sigue encontrando el fiel de la balanza, para lo que se puede pronosticar a nivel nacional.
Se trata de los cuartos planeados para el próximo año, en el que se prevé la edificación de 8 mil 300 habitaciones.
Una perspectiva adicional de mayor análisis, como la que propone en su reporte de Hotelería la firma CBRE, son las tarifas. Sólo en el Caribe mexicano se experimenta una contracción de tarifas en el primer semestre del año, debido a la entrada de nuevas marcas hoteleras.
En contraparte, destinos como Los Cabos y Mazatlán han sido los que más han incrementado sus tarifas con respecto al mismo período de 2018.
Para el área de hotelería de CBRE, que dirige Patricio del Portillo, la situación prevaleciente en la Riviera Maya se ha traducido en un efecto de sustitución, donde la demanda ha comenzado a crecer en Playas del Pacifico tales como Los Cabos, Vallarta – Riviera Nayarit y Mazatlán, donde se observa un crecimiento en el ADR.
La revisión de estos aspectos es fundamental en tiempos que distintos nichos de la actividad inmobiliaria se ajustan a los nuevos tiempos.
Después de todo, México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en la recepción de turistas y el lugar 16 en captación de visitas. La mayor parte de los visitantes internacionales, que proceden de Estados Unidos (53.2%) y Canadá (16.2%), quienes optan por Cancún como destino principal, seguido de la Ciudad de México, Puerto Vallarta y Los Cabos.
Para el año en curso, las previsiones pronostican el arribo de 43.3 millones de turistas extranjeros, es decir 4.7% más respecto al año pasado, y un ingreso de divisas por 23 mil 600 millones de dólares, 10.6% más que en 2018, de acuerdo con la Secretaría de Turismo.
Estos dos números demuestran lo mencionado líneas anteriores, este año habrá un efecto combinado que difícilmente cambiará a una cancelación definitiva de proyectos en los inversionistas. En particular, por todo lo que está actualmente en Cancún y Riviera Maya, apuntalado en un mediano plazo por lo que el proyecto controvertido del Tren Maya podrá dejar en los próximos años.
Este último es un contrapeso por la concentración del crecimiento de cuartos en las playas, principalmente en esa zona, a pesar de la disminución en el número de llegadas de turistas en casi un 7%.
Todos son factores ajenos al clima de inversión interno en la industria. Después de todo, la inversión global equilibra su visión con distintos factores que al parecer, seguirán siendo razón suficiente para fortalecer nuevos destinos en el país. Eso lo saben quienes pese a los temas coyunturales, alimentan este nicho del real estate.
Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.