RESET BUTTON

Para nadie es una sorpresa que el real estate vivirá un mayor impacto por el estrés de 2020. El momento recesivo por el que atraviesa la economía global estresó el desempeño de empresas, industrias y los hogares.

En consecuencia, la demanda de bienes y servicios, al igual que la reacción de las empresas han vivido un proceso de ajuste dado que la actual recesión tiene tintes distintos a lo experimentado en otras etapas de ciclo bajo en la industria.
Catalogada por muchos como la peor contracción de la historia que reflejó en mercados como Estados Unidos un colapso económico, la pérdida de 20 millones de empleos y el subsecuente impacto en distintas industrias.

En particular, es justo este reset el que modificó escenarios en la inmobiliaria al aportar ganadores, perdedores y los ubicados en el nivel intermedio. Todos están sujetos al desempeño de inmuebles, los ajustes y la apertura de oportunidades de inversión.

Son indiscutiblemente, como distintos análisis de firmas globales lo han expuesto, ganadores aquellos involucrados en sectores como el industrial-logístico, los data centers y las ciencias.
Queda el extremo opuesto la industria del retail, con la subsecuente revolución que aceleró la incorporación del e-commerce, que fue el salvavidas para quienes estuvieron listos o se subieron a la ola digital.

Pero a meses de distancia, es un hecho que la profundidad del extremo bajo del ciclo no sólo es amplia, sino que se prevé una prolongada recuperación.

Así que indiscutiblemente las empresas incorporadas en sectores vinculados con el impulso que generan los demográficos y conductores saludables, saldrán con mayor rapidez del proceso.