THE CAPE RESIDENCES

Tras cuatro años de operación, el proyecto The Cape Thompson Hotel en Los Cabos inició en su segmento residencial la remodelación de las distintas villas integradas al complejo hotelero.

Ubicado en la península de Baja California, el proyecto en remodelación está integrado por 32 unidades con distintos rangos de superficies, tipologías y tamaños. La estrategia es favorecer el desarrollo con el complemento residencial.

“La tendencia general en la industria es wellness y estilo de vida. Eso permitió integrar desde su conceptualización elementos como el hecho de que consideró 161 habitaciones con vista al mar”, recuerda Eduardo Segura Vehovec, managing director.

Comenta que los inversionistas tuvieron la visión de no esperar un ciclo de 8 años para hacer renovaciones o mejoras. “Si bien crecimos con un diseño de interiorismo competitivo, por la demanda y gran número de clientes repetitivos en el hotel, existió el interés por vender de tiempo completo las villas para lo cual se hace una inversión de 3 millones de dólares que terminará el próximo año”, detalla.

El plan de negocios considera que en el destino se integrarán cuatro mil habitaciones en los próximos 4 años producto del desarrollo inmobiliario de conceptos de lujo. Por lo tanto, dice, “tenemos que estar vigentes y muy listos con creatividad e innovación. No podemos sólo tener una continuidad en el hotel como está para mantenernos competitivos”.

La estrategia de basa en la redefinición del concepto contemporáneo de lujo la propuesta de interiorismo de Mariana Morales, incluye espacios con líneas limpias, modernas y minimalistas. Estos criterios se aplicaron a las villas que tienen una superficie de 133 metros cuadrados hasta poco más de 500 metros cuadrados.

Las distintas unidades acceden a las instalaciones contiguas al hotel como dos albercas, spa, gastronomía y otras actividades vinculadas con el estilo de vida y bienestar.

Originalmente diseñado arquitectónicamente por Javier Sánchez que rescató en el diseño original elementos nativos de la zona y un balance con la ubicación privilegiada del desarrollo en el desierto del Mar de Cortés.

Adicionalmente en el conjunto se combinaron los espacios con el diseño interior que integraron las tradiciones, cultura y diseño contemporáneo. Desde el desarrollo incluyó en la oferta gastronómica la propuesta del chef Enrique Olvera en el restaurante Manta.

Eduardo Segura dice que la oferta de alojamiento y tiempo completo de las villas, está pensada para responder a las necesidades de un viajero repetitivo que quiere un lugar no masivo. Por tanto, se crearon peculiaridades del estilo.

Mientras encuestas realizadas sobre el destino revelan que existe un alto índice de 70% de los clientes repetitivos y los que no, un 90% hablan de que tienen la intención de regresar, el desarrollo ha acumulado en los años de operación un total de mil 350 clientes repetitivos.