COWORKING EN EL NEW NORMAL

El nombre del juego en el coworking es la flexibilidad. Cuando todos ven la salida de distintos modelos enfocados en las áreas compartidas, surgen estrategias encaminadas a aprovechar las oportunidades.
Se trata de soluciones que buscan resolver las nuevas necesidades corporativas. Muestra de ello es el proceso de ajustes en contratos de arrendamiento de espacios de oficinas, ante el efecto Covid-19, que se ve en este segmento del mercado.

La flexibilización de contratos es el centro del debate dado que se trata de negociaciones basadas en dólares, de medianas a grandes superficies y con plazos de 5 y hasta 10 años.

En días recientes la firma JLL, al igual que NKF y CBRE, dejaban claro que la renegociación de contratos era fundamental no sólo para salidas, sino más bien en la ampliación y reconfiguración de espacios para adaptarse al escenario actual.

El coworking había empezado a tener presencia desde el 2010 cuando representaba una huella de 21 mil 201m2, sin embargo fue entre 2017 y 2019, que incrementó su participación 87% en el tamaño de su inventario, de acuerdo con cifras de CBRE Research.

Sin embargo, en la era de la nueva normalidad existen condiciones que tendrán que operar las empresas de éste y otros rubros del mercado corporativo, donde siempre esté garantizada la salud de la fuerza laboral, a través de medidas sanitarias eficientes.

Por tanto, el flex-office es una tendencia que permanecerá como solución a las nuevas demandas operativas.
Los espacios de coworking han tenido un avance representativo en el footprint del mercado de oficinas en la Ciudad de México. Por lo anterior, WeWork se convirtió con sus 250,000m2 de espacios de oficinas en el principal tenant en el mercado. Si permanecerá o no, el futuro inmediato lo dirá.
Un modelo de negocios que está cierto de la permanencia de las oficinas y que busca atender esa nueva demanda de las corporaciones es IOS Offices.
Para Adrián y Javier García Iza, lejos de detener la expansión, la firma continuará con su proceso de aperturas en 2021. El plan es abrir centros en León, Culiacán, Guadalajara y dos más en Interlomas y Manacar.
La lógica de su estrategia está basada en la oportunidad que el actual momento está generando el que sinnúmero de empresas del mercado institucional busque flexibilidad de contratos, plazos cortos y medianos, así como distintas localizaciones para ayudar al menor desplazamiento de los empleados en las organizaciones.

Actualmente la red cuenta con 40 centros, de los cuales 22 están en la Ciudad de México, pero sólo 20% de sus 80,000m2 de operación es cowork.

Es justo esta mezcla de tenants lo que mantiene en un escenario distinto a la firma, además de que la calidad de los inmuebles trae consigo beneficios para los usuarios corporativos, a quienes desde su perspectiva, el factor cambiario no impacta en la decisión de mantener la operación.
Es en los edificios clase A, muchos de ellos con certificaciones como LEED (Leadership in Energy & Environmental Design), donde es factible instrumentar acciones complementarias al control de accesos, seguridad, aire acondicionado, sanitización y el distanciamiento requerido para las primeras etapas del regreso a las actividades.

Está claro que durante el confinamiento la asistencia a las áreas compartidas bajó, distintas áreas de la actividad laboral no pueden hacerse con home office.

Así que bienvenido el flex-office al mercado corporativo del país. Es una tendencia en la que incluso las startup y los entrepreneurs vivirán un proceso de adaptación.

Son todos, cambios relevantes en la forma como conocimos las oficinas en el pasado reciente.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.