DEMANDA NETA

Un hecho eleva la apuesta por la recuperación del mercado de oficinas en la Ciudad de México (CDMX). Se trata de la demanda de espacios que mueve la absorción neta de espacios, dado que no incluye subarrendamientos, renovaciones, inversiones o reubicaciones.

Este nivel, de acuerdo con el reporte al segundo trimestre del año de la firma JLL, cayó hasta 133 mil 435 m2, luego de que el año pasado se mantuviera en 141 mil 788 m2.

Si bien no es el punto más bajo en la historia reciente, dado que en el mismo período de 2017 llegó hasta 105 mil 786 metros y cayó hasta 29 mil 748m2 en 2010, si es un signo de que se está comprimiendo la nueva inversión.

El COVID-19 sólo vino a acentuar áreas de oportunidad que dejaron el cambio de administración federal y local, ésta última con efecto puntual debido al cierre de permisos para nuevas construcciones.

Otra circunstancia de que el mercado no va bien es lo que se acumulará con la salida de nuevo producto en construcción, que se estima asciende a 1.01 millones de metros cuadrados en los próximos 3 años.

Sólo en lo que va de 2020, el equipo que preside en América Latina Pedro Azcué ubicó 14 nuevos edificios de oficinas que se integraron al mercado, principalmente en los submercados Polanco, Santa Fe, Perisur y Reforma, con lo cual creció 8.3% el inventario en la CDMX.

La tasa de desocupación en este mercado creció hasta 18%, el nivel más alto desde 2006 mismo que se agudiza como lo hemos mencionado en corredores como Lomas Altas, Interlomas, Norte y Santa Fe.

Si bien las actuales condiciones han generado renegociaciones de contratos, la migración de dólares a pesos y un replanteamiento en las necesidades reales en los tenants, los nuevos parámetros por el distanciamiento social están incidiendo en las proyecciones financieras de propietarios e inversionistas.

En la visión de quienes han observado el mercado por más de dos décadas está lo que se ha edificado a lo largo del tiempo. Muestra de ello es la permanencia entre los usuarios globales de la referencia de los precios de arrendamiento en dólares. Estos apenas se elevaron de 23 a 24.25 dólares por metro cuadrado mensual de arrendamiento entre 2006 y lo que va de 2020.

Aunque la CDMX se ubica en el reloj inmobiliario de JLL como deprimido, la realidad es que este es un tiempo que favorece como en el pasado oportunidades para reinventar fórmulas y ver el estómago con que propietarios e inversionistas asumirán el momento actual.
En conjunto la sobre oferta, baja demanda, la crisis económica y el impacto por el COVID-19 hacen de estos días, un momento que favorece al inquilino.

Es esta balanza la que algunos participantes en la industria ven como un real rebote, por la dinámica que crea el reajuste que se realiza en las empresas con base en el requerimiento real de espacios permanentes.

Como comentamos, es una consideración en la que la flexibilidad del nuevo modelo de oficinas plantea la necesidad de espacios de menor tamaño distribuidos en distintos puntos, además de entornos que eviten las concentraciones en función de la población que permitan las autoridades regresar a los espacios, y las que indefinidamente continúen laborando en el esquema del home office.

Incluso en las oficinas, como recientemente mencionaba la firma global de arquitectura y diseño Gensler, los espacios dejarán de ser contenedores de personas y se convertirán en hubs que den experiencias y favorezcan la conectividad.

Todas estas señales dictan que no habrá un regreso a la antigua normalidad.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.