EXTENDED WORKPLACE
El adiós a la oficina tradicional revolucionó la forma en que los espacios de trabajo se transforman hacia un modelo que combine lo físico con lo virtual.
En nuestra última entrega comentamos de la relevancia que los temas de bienestar tienen en la planeación futura de las oficinas, una vez que hayan quedado definidos los modelos híbridos con que operarán muchas de las empresas.
Sin embargo, en la definición pura de lo que implica la estructura transformada de oficinas debiera considerarse la flexibilidad para que el empleado elija el formato que hasta ahora en algunas encuestas ha definido al trabajo remoto como una proporción de 30% de la jornada laboral.
CBRE lo llama un extended workplace que da cabida a las relaciones laborales distintas, que buscan la transformación de la oficina a través del uso de la tecnología.
La extensión se refiere también a traspasar las barreras de un corporativo tradicional hacia uno que incluya distintas opciones para el desempeño laboral.
De esta manera, quedarían atrás las recientes oficinas abiertas y menos privadas, por espacios de interacción donde se generan formas distintas de intercambio de ideas y co-creación desde distintos espacios.
Bajo esta perspectiva, la revolución tecnológica ha hecho impostergable la irrupción del trabajo remoto, como aquí también lo hemos detallado. Sólo que ahora el concepto de hospitality se incorpora a los espacios laborales digitalizados, que albergan oficinas compartidas y nuevas áreas abiertas de convivencia con mayor confort que los modelos tradicionales.
En el caso de las salas de conferencias se incluirían facilidades para los trabajadores presenciales con los conectados de manera remota, con el objetivo adicional de generar productividad e igualdad de condiciones.
No menos importante es la incorporación de aplicaciones móviles que permitan accesos al edificio, reservar espacios y solicitar alimentos, además de que su uso hará factible generar reportes sobre el uso de la oficina, salas de juntas y niveles de asistencia.
En este escenario, se abre un escenario prometedor para los distintos modelos de negocios de coworking, dado que se convertirá en un aliado de las organizaciones que busquen contar con esta opción para crear el modelo satelital de sus operaciones.
Es sin duda, un cambio de paradigma y no un fin de las oficinas. Sin embargo, la perspectiva y la realidad pudieran arrojar en el mediano plazo resultados distintos a lo esperado.
Se trata de predicciones donde nadie debe ignorar una creciente inercia hacia el subarrendamiento, inclusión de contratos flexibles y demandas de espacio distintas de los inquilinos.
Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.