MOVILIDAD POST PANDEMIA

El mundo en cualquiera de sus status de desarrollo, pero en especial los países de mayor avance analizan las alternativas para una movilidad urbana distinta.

La planeación urbana, incluidas las opciones de transportación para sus habitantes ha sido en la historia reciente motivo de discusión. No sólo por el efecto adverso en la calidad de vida de los habitantes en las ciudades, ha motivado la expansión de la mancha urbana y el ineficiente transporte.

La gentrificación y el efecto de las políticas urbanas se hace evidente en la reducción de la velocidad de traslado y el creciente aumento en los tiempos empleados en la movilidad.
No obstante, tras la pandemia el desarrollo del trabajo remoto hizo evidente para las empresas reflexionar en el peso que tendrá la movilidad del hogar a la oficina.

Más aún cuando una encuesta reciente de Gallup reveló que 70% de los trabajadores en Estados Unidos seguirá haciendo trabajo remoto, por lo que solo 2 de cada 10 lo harán 100% presencial.
Este dato es revelador del impacto que la movilidad tiene en los sistemas de transporte de la ciudad, ya sea eléctricos, autónomos o multimodales. Quienes analizan el fenómeno creen que su eficiencia permitiría experimentar las ciudades de otra forma, al tiempo que revive las comunidades y mejora la salud para los habitantes.

En suma, sistemas que permitan al tránsito en las ciudades sea conveniente, rápido, limpio, accesible e inclusivo. Y en este marco, la movilidad tendería a ser eléctrica, autónoma y multimodal.

En un análisis sobre el particular, Gensler cree que esta tendencia se fundamenta en el hecho de que la cantidad de vehículos eléctricos vendidos en el mundo supere los 10.5 millones, volumen importante si se considera que representa un aumento de 4 millones de unidades en relación con lo acumulado en 2021.

Este crecimiento representaría cambios en las ciudades y sus espacios. En Estados Unidos existen 145 mil estaciones de servicio ubicadas en propiedades con esquinas privilegiadas. Por tanto, firmas como BMW Designworks se asesora de la firma de arquitectura para transformar las instalaciones en destinos para cenar, compras, diversión e incluso el trabajo.

La idea con Architecture x Mobility es que estos centros comunitarios reúnan a las personas en sitios que antes se destinaban para el tránsito. En consecuencia, los vecindarios a 20 minutos de distancia permitirían a sus residentes acceder a los servicios caminando, en bicicleta o mediante servicios de micromovilidad.

Este hecho también tiene un efecto multiplicador en otros nichos de la actividad inmobiliaria. El despunte de los autos eléctricos hizo que en fecha reciente, y ante la crisis de chips, la administración Biden autorizara las iniciativas de incentivos fiscales Inflation Reduction Act y Chips for America.

Con ambas, organizaciones en México como la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP) que actualmente preside Sergio Argüelles, ven un potencial para los corredores industriales nacionales sean la sede de la manufactura de chips y semiconductores, en especial los orientados a los vehículos eléctricos.

Éste no es un tema menor, si se considera que hacia el 2030, los autos eléctricos representarán 50% de las ventas de Estados Unidos. De esta manera, existe una gran oportunidad para nuestro país y en especial para la industria de autopartes que goza de una posición privilegiada en el comercio exterior con el país vecino del norte.

Por tanto, la movilidad no puede entenderse tras la pandemia como un tema aislado. Las ciudades enfrentan de nuevo un dilema: resolver con sistemas de transporte multimodal la necesidad de transportación de las comunidades.
Este aspecto, deja desde la primera hasta la última milla de los tramos que unen la casa de los pasajeros con su destino, un papel relevante que no debe descartarse como una prioridad en la planeación de las ciudades. Y desde luego, que los espacios públicos e inmuebles tienen un papel en dicha evolución.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.