STRANDED REAL ESTATE ASSETS

Oficinas, centros comerciales y hoteles fueron impactados por el efecto de las distintas oleadas del COVID-19 en los últimos 18 meses.

El impacto no sólo se reflejó en el cierre de locales y espacios vacíos, sino que se generó un cambio masivo en la demanda de los usuarios.

Esta situación hizo que propietarios de inmuebles, inversionistas y desarrolladores busquen el reposicionamiento y reconversión de espacios. Se trata de cómo dar vida a los espacios bajo la nueva lógica del consumo.
Si bien el análisis de cómo puede gestarse la transformación no ha llegado a todos los inmuebles, es un hecho que los activos dependen de esta valoración para revitalizar su actividad en tiempos de incertidumbre.

Para el mercado inmobiliario de México la desocupación corporativa, las renegociaciones de locales comerciales y la lenta recuperación en los niveles de ocupación hoteleros, es un tema fundamental.

Sólo en el caso de la Ciudad de México (CDMX) donde existen 7.4 millones de metros cuadrados de inventario en edificios terminados, 1.7 millones de m2 están disponibles. La situación es retadora.
En su más reciente reporte JLL indica que 43% de la oferta es de espacios acondicionados y que 8 edificios recién integrados al mercado representan 8% de la oferta, misma que además creció 25% respecto al tercer trimestre de 2020.

Y no sólo eso, 7% del espacio acondicionado está en proceso de subarrendamiento, es decir más de 50 mil metros cuadrados y 30% de los 245 mil 739m2 que se han generado de actividad entre enero y septiembre corresponde a renovaciones de contrato.

Otros factores reveladores del contexto son la demanda neta, las renegociaciones, reubicaciones y subarrendamientos, es decir 29%, 28%,16 y 6% de dicha actividad respectivamente.

Lo anterior representa una caída en la demanda total de los 251 mil 134m2 del tercer trimestre del año pasado a 245 mil 739 con que cerró en septiembre. Por tanto, la absorción neta en el período experimentó una tasa negativa de 173 mil 905 m2.

Este contexto que apenas se vislumbra en el mercado corporativo obliga a la reflexión sobre la necesidad de procesos de reconversión de espacios. Existen casos de oficinas que se transforman en vivienda, espacios comerciales que se han convertido en bodegas o transformado piso de exhibición en espacios que favorecen la presencia omnicanal de los retail.

Lo anterior en inmuebles clase A, pero no deben ignorarse los más de 700 edificios clase B identificados con potencial de reconvertirse, al utilizar las ubicaciones privilegiadas donde se encuentran.

ADI reactiva

Parte de esta discusión la han desarrollado en los últimos meses los 78 miembros de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), que hoy se reúnen en el evento “Reactivando México”, el primer evento presencial desde que empezó la pandemia.
Para Enrique Téllez, su actual presidente cuyo período continuará hasta mayo de 2022, el contexto de la recuperación tiene en la reconversión un elemento clave que acompaña las inversiones anunciadas en fecha reciente.
Se trata de 30 proyectos considerados en la reactivación equivalentes a 5 mil millones de dólares que inician en año y medio, además de que por su dimensión llevarán un lapso de hasta 5 años en ser concluidos.

En este contexto la asamblea define al nuevo presidente, que tendrá un proceso de transición con el actual, actividad que se complementa con la entrega de premios ADI.
Para el organismo, el dinamismo inmobiliario no se centra sólo en la creación de infraestructura y plusvalías, sino una nueva visión que integre espacios públicos y convivencia social responsable.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg