VIVIENDA VERTICAL
La permanencia del modelo de vida en grandes concentraciones, integradas a proyectos de usos mixtos y desarrollos verticales, abren un paradigma entre inversionistas y desarrolladores por el distanciamiento social que ha impuesto el COVID-19.
El avance de la edificación vertical en Ciudad de México (CDMX) y otras entidades del país, es inminente. Sin embargo, los cuestionamientos sobre cambios necesarios en la planeación de espacios y áreas comunes parecen ser un punto por atender para los proyectos que están en etapa inicial y los que se planean desarrollar.
Firmas como TINSA creen que si bien el mercado no ha reflejado un cambio determinante conforme a los nuevos valores de edificación, los consumidores están más atraídos por las promociones de desarrolladores y los planes que institutos de vivienda y bancos han creado para alentar la reactivación del mercado.
El tema entonces obedece a condiciones de oferta y demanda. Sin embargo, los nuevos lineamientos y la vida horizontal en zonas contiguas a grandes concentraciones son un must entre quienes proyectan los próximos tiempos en la edificación residencial.
En su más reciente reporte de coyuntura del último trimestre de 2019, TINSA reportó la actividad de 106 proyectos vendidos, principalmente los generados en los segmentos popular, tradicional y medio en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCDMX)
En ese período, se registraron 2,494 unidades nuevas ingresadas al mercado que sumaron un inventario total de 1,668 proyectos activos, de los cuales 90% son proyectos de vivienda vertical y un 10% a vivienda horizontal, una tendencia que sin una perspectiva de mediano y largo plazo, ya era parte de la inercia del mercado.