2020

Justo al inicio de este cambiante 2020 evaluamos el efecto que el bono demográfico representaba para las oportunidades de crecimiento de las ciudades, el potencial de nuevos compradores y el subsecuente beneficio para un ciclo inmobiliario que estaba por empezar en México y a nivel internacional.

El mundo empezó a escuchar sobre la irrupción del COVID-19 con los casos iniciales, que luego hacia finales del primer trimestre generarían un paro y distanciamiento social en México, que superó cualquier previsión respecto a un primer impacto económico en el negocio.
Más allá de lo experimentado en los primeros meses de la pandemia, el real estate se ha visto sumergido en una verdadera revolución de los espacios, cómo se concebirá y qué tendencias acelerarán su aterrizaje en un día con día que se sigue definiendo.

En estos meses han pasado en el entorno, los modelos híbridos de trabajo, los espacios flexibles e incluso la prevalencia de los esquemas remotos. Estos conceptos si bien no son nuevos en la industria, lograron acelerar su presencia en el mercado de oficinas, retail, hospitality y vivienda.
La tecnología ha jugado un papel fundamental en lo que se vive.

De la mano de la confianza en el proceso de regreso a los espacios, está el traslado de conceptos. Definimos 3 de ellos.

Uno es indiscutiblemente la hospitalidad de los inmuebles turísticos, que ha dejado la muestra a las corporaciones de cómo incorporarla en el workplace para crear experiencias para sus colaboradores. En el mismo sentido, debe anotarse la flexibilidad y el efecto que los espacios colaborativos (coworking) tomarán ante los cambios de necesidades de los inquilinos.

Otro y en sentido contrario, son los espacios de trabajo que abren áreas en diferentes resorts con la finalidad de hacer factible que los lugares de descanso, se conviertan en salas de juntas o áreas para la educación a distancia.

Y no menos importante, es la forma acelerada que el e-commerce ha revolucionado la operación de cadenas minoristas, tiendas departamentales, de autoservicios y restaurantes. En unos meses, las ventas online transformaron el concepto omnicanal en una supercarretera de ventas cuando el cierre de espacios físicos, dejaron en la web el único canal de salida para la venta.

El mismo comercio electrónico robusteció la explosión en la demanda de centros logísticos cercanos a los principales mercados de consumo, y a su vez, una especie de retrofit de edificios de segunda generación en minicentros de distribución para la última milla (last mile).

Este último factor, también hizo que locatarios de centros comerciales con ubicaciones privilegiadas, transformaran las superficies arrendadas en un área específica de pick up y entrega final al consumidor.

Indudablemente existen nuevas reglas y conceptos que detallaremos en futuras reflexiones. De momento, sirvan estos ejemplos para dejar claro que el mundo y el real estate no volverán a ser lo mismo.

Así como no desaparecerán las oficinas, centros comerciales y resorts, sí atravesarán por un proceso de transformación. Es lo que llamamos una ola reloaded de la que seguiremos contando en la fascinante historia por venir.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg