COLIVING OR NOT COLIVING

Su llegada al mercado inmobiliario no es fortuita. En México y otros países como Estados Unidos, la crisis de vivienda está motivando a jóvenes profesionales a grandes ciudades. Son un grupo de trabajadores educados que buscan estar cerca de sus lugares de trabajo, pero que no disponen del recurso para comprar una propiedad.

Esos nuevos requerimientos de vivienda en renta, motivaron el surgimiento de casos de proyectos para el coliving. Un reporte de la firma Cushman & Wakefield (C&W) asegura que factores como ubicación, convivencia, comunidad y accesibilidad son la clave del crecimiento.

En México, una de las primeras incursiones fue la desarrollada desde el año pasado por la firma RETNA entró en el segmento del coliving en la Ciudad de México (CDMX).

Con dos variables de costo de arrendamiento dirigidas a los nichos de inquilinos jóvenes de altos y medianos ingresos, la empresa creó dos conceptos para quienes están dispuestos a pagar por un departamento con servicios compartidos desde 5,000 hasta $18,000 pesos al mes.

La diferencia además del costo de las marcas Weave y Koon, radica en factores como la ubicación y las amenidades integradas a los mismos. Es un modelo que va más allá de la oferta de las tradicionales suites.

Rodrigo Barrera, fundador de RETNA dice que eligieron un inmueble a remodelar en la colonia Anzures por la ubicación y las facilidades adicionales que permite el proyecto arquitectónico de renovación.

No es un dorm, ni a lo que se accede en un departamento con roomies. Es un concepto habitacional similar a lo ofrecido por el coworking.  Operado por Club de Rentas, con 3 años de experiencia en el mercado el primer proyecto Weave Anzures está planeado, como otras opciones en evaluación, para un mercado que se ubica a no más de 20 minutos al trabajo porque privilegia la movilidad.

Sin embargo, pese a sus beneficios un número de operadores en Estados Unidos están experimentando áreas de oportunidad ante factores a considerar para su evolución.

Una de ellas es que los residentes urbanos gastan más de 30% de sus ingresos en el arrendamiento. Otra son el matrimonio y la formación familiar atrasadas. Y en definitivo, el logro educativo y cuentas de ahorro llegaron a niveles récord respecto a la deuda educativa.

En consecuencia, los operadores están buscando nuevas opciones para diferenciar los desarrollos y generar una base de rentas que maximice los ingresos.