MULTIFAMILY & COLIVING

No son los mejores pronósticos para la vivienda institucional en renta y los espacios compartidos en proyectos de co-living.

La contingencia está poniendo a prueba estos nuevos negocios inmobiliarios, ante la evolución de las formas de vida y trabajo.

“Desde el habitacional, estudiantil y comunitarios hasta el de los adultos mayores al cuidado de la salud, todos están ligados a nuestro modo de comportamiento e interacción”, asegura en un reporte global sobre el particular la firma JLL.

De acuerdo con la revisión de tendencias el estudio concluye que el largo plazo apunta hacia viviendas con más alta densidad, “así como un incremento en los espacios de colaboración elevando el potencial de riesgo de transmisión por lo que los operadores se van a ver en la necesidad de desarrollar protocolos de mitigación”.

El análisis global, particulariza sobre mercados desarrollados donde la vivienda institucional permite “disponer de flujos de caja estables, así como la posibilidad de poder administrar dinámicamente sus rentas manteniendo la ocupación activa y evitando la desocupación”.

Recuerda que  la demanda en este sector “resiste los quebrantos económicos apoyada en una falta de capital para la adquisición de vivienda, la urbanización así como un creciente interés en soluciones de vivienda más flexibles. Sin embargo una confianza menguada así como una movilidad limitada pudiere tener un impacto en la demanda durante este periodo de incertidumbre”.

En el caso del mercado mexicano, lo previsto en el co-living son desventajas en particular si el confinamiento se prolonga, dado que es un sector con fuerte apoyo en el capital privado.