NET ZERO ENERGY

La pandemia aceleró la inclusión de parámetros sustentables y reducción de emisiones para mitigar el cambio climático.

Esta tendencia no es nueva, desde el año dos mil cuando empezó la certificación de edificios Cero Emisiones o Net-Zero en Estados Unidos, la instrumentación de acciones ha evolucionado de tal manera que las oportunidades de eficiencia energética a través del uso de energías renovables se han maximizado.
Su evolución ha ido más allá de los edificios comerciales y públicos, el segmento residencial ha generado conforme al área de práctica residencial global de la firma de arquitectura Gensler.

Hasta 2012 según el Institute for Building Efficiency, estaban certificados decenas de edificios que parten de un modelo de construcción y operaciones inmobiliarias que no queman combustibles fósiles, no producen emisiones de carbono e incluso producen su propia energía para compensar su consumo anual.

Y es que la preservación del medio ambiente a través de la automatización, uso de materiales y diseño arquitectónico en los edificios de oficinas públicas y privadas, escuelas y centros comerciales trasciende el control del consumo energético.

Si bien, el modelo de negocio establece lapsos de recuperación en la inversión que llegan hasta 15 años, las ventajas del modelo en materia de reducción de consumo energético son un incentivo en el mercado inmobiliario norteamericano que complementa los ahorros con la emisión de bonos de carbono.

Desde hace más de una década el costo financiero, producto de la instrumentación de tecnologías de energía renovable encaminadas a las cero emisiones resultan un modelo de inversión que al paso del tiempo genera mejoras en el rendimiento energético de los inmuebles.

Que una edificación atienda la reducción de emisiones debido a la incorporación de sistemas de automatización y control bajo la plataforma METASYS, así como un sistema de aire acondicionado geotérmico que funciona mediante bombas de calor de alta eficiencia es prioritario en los tiempos actuales.

Son proyectos como el Corporativo iDeAs, ubicado en San José California, además de algunos ejercicios que ha elaborado el gobierno norteamericano producto de los compromisos de reducción de consumo energético.

Su instrumentación es relevante si se considera que 70% de la energía de un edificio comercial se destina a iluminación y acondicionamiento, de acuerdo con la US Energy Information Administration.

El crecimiento de esta tendencia ha sido exponencial. De tres edificios que había en Estados Unidos hacia el dos mil, año en que el US Green Buildings Council reconocía algunas edificaciones por sus acciones encaminadas a mejorar la eficiencia energética generaron más de 11,510 edificaciones certificados.

La inercia acentuada hacia mayores acciones encaminadas a reducir el consumo energético, se ha detectado desde 2011 fecha en que el gobierno norteamericano asumió como meta disminuir el costo del gasto en energía 28 por ciento durante 4 años.

Bajo esa dinámica, la US General Services Administration (GSA) desarrollaba en 2013, 35 proyectos en sus edificios, mientras que el ejército ha establecido una política de iniciativa y visión hacia las cero emisiones.

Por lo que se refiere al mercado comercial se prevé que en el 2030 la intensidad energética de nuevos edificios pueda ser reducida en promedio 35%.

Por tanto, la tendencia que aplica a todo tipo de inmuebles y es resultado de los compromisos de des carbonización en el lapso 2030-2050, ha generado casos emergentes en México como el OUM Wellness Center de Comunidad Arboleda en Nuevo León y la nueva terminal 2 del Aeropuerto de Guadalajara, que en su diseño aspira a obtener la certificación Net Zero Energy, entre otros.
La realidad es que la pandemia ha venido a bien a la industria inmobiliaria que se reinventa de cara a los retos que deparan los parámetros de habitabilidad y operación de los edificios.

Incluso distintas instituciones como el US Green Building Council, integró la nueva certificación LEED Zero, con lo cual es evidente esa nueva visión hacia desarrollar inmuebles que armonicen con un entorno limpio y sano para sus habitantes, cualquiera que sea el uso para el que fueron diseñados.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg