VIDA PÚBLICA & CIUDAD

Una de las principales lógicas que movió la reciente política de desarrollo urbano en la Ciudad de México fue recuperar el espacio y vida pública de miles de habitantes y población flotante.

Los resultados han registrado algunos avances, como el sistema de movilidad alterno individual de bicicletas, motocicletas eléctricas, scooters y distintas plataformas de transporte privado. Con todo y las controversias generadas en materia regulatoria y de operación.

Para bien o para mal, se ha demostrado que crear opciones de movilidad y transporte público, resulta benéfico contrario a edificar más vialidades, como en su momento se buscó apostar por los segundos pisos.

Así lo cree Ghigo Di Tommaso de la oficina en San Francisco, California de GHEL, que en días recientes el Urban Land Institute (ULI) México creó debate sobre el particular.

Pero la vida pública va mucho más lejos. El transporte y la integración de espacios intermodales como los también controvertidos y necesarios CETRAM, tienen un papel fundamental en hacer que los extenuantes y costosos traslados desde y hacia la CDMX aporten mucho más, que ser en el pasado receptores de comercio informal, inseguridad y áreas desaprovechadas.

Ejemplos de esta figura pueden hoy destacarse del trabajo que se proyectó en distintas estaciones como Chapultepec, San Lázaro, Constitución de 1917 y otros. En todos los casos se genera con diseño arquitectónico propuestas que buscan cambiar la estética arquitectónica, abrir espacios peatonales e integrar servicios comerciales con el proceso de renovación.

Estas figuras son fundamentales para favorecer que la Ciudad siga estando, como dice Di Tommaso, referencia a través de colonias como Condesa, Roma y avenidas como Reforma, referencia de viajeros cosmopolitas de Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y otras ciudades en el mundo, que buscan vivir la actividad intensa generada a partir de la reciente dinámica de crecimiento de infraestructura y servicios.

Con todo, el camino es largo aún. Si bien, prácticamente cualquier proyecto de gran dimensión y usos mixtos tiene en sus objetivos alentar la vida pública, sólo algunos realmente promueven la dotación de servicios e integración y áreas de integración para sus habitantes, usuarios de áreas comerciales y oficinas.

Esa bandera, la de correctas medidas de mitigación, impacto urbano, vialidades, servicios, etc. ha sido tomada por la actual administración local. Sin embargo, el fenómeno de integración social a partir de proyectos que consolidan la vida urbana va mucho más allá y forma parte del landscape que durante años ha buscado generar una nueva visión metropolitana.

Artículo publicado en El Financiero/Bloomberg.