DATA CENTERS & TECNOLOGÍA
El avance vertiginoso de la digitalización marca un antes y después en los centros de almacenamiento de datos.
El uso en el comercio, los servicios financieros, la socialización, la educación y la atención médica generaron un incremento en demanda de data centers en Latinoamérica, respecto a la capacidad de procesamiento y almacenamiento de datos que existe.
Un informe de EMR revela que en 2023 el mercado de almacenamiento de datos en la región alcanzó un valor de 7 mil 320 millones de dólares y se estima que el mercado crecerá a una tasa anual compuesta del 12.8 % entre 2024 y 2032, año en el cual alcanzaría un tamaño de 21 mil 630 millones.
Por ende, el crecimiento representa desafíos para la infraestructura del centro de datos, en especial por su capacidad de satisfacer necesidades de los usuarios en tecnologías como el internet de las cosas (IoT), la transmisión de video en directo (streaming) o la inteligencia artificial.
De acuerdo con la firma Vertiv, estas tecnologías implican la adopción de computación de alto rendimiento (HPC) y una infraestructura que entre otras cosas haga más eficiente para alimentar y enfriar la enorme cantidad de datos y calor generados.
Hacer frente a las altas densidades de información y su impacto térmico no sólo se refiere a las tecnologías en voga, sino a la que requerirán nuevas tecnologías emergentes.
Entre otras alternativas, actualmente existe la tecnología de enfriamiento líquido en rack o el chip (DTC), más eficiente que el de aire.
En especial porque los centros de datos deben atender requerimientos de sostenibilidad y seguridad a diferentes niveles para los propietarios y usuarios.
Lo anterior se traduce en menor costo total de propiedad, debido a que se generan ahorros en el consumo energético, al igual que el uso de espacio de los nuevos sistemas, dado que no requieren ampliaciones ni nuevas construcciones.
Colocar placas frías directamente sobre los procesadores o chips de mayor generación térmica dentro del equipo de TI, con el método DTC puede eliminar entre el 70 y 80% del calor generado por los servidores y aceleradores, y el calor restante se elimina con sistemas de enfriamiento por aire tradicionales.
El método combinado permite que los data center operen con cargas de trabajo más intensas y exigentes sin comprometer el rendimiento, específicamente ante cargas de trabajo de alta densidad en la era de la IA y el Big Data.