DESAFÍO CORPORATIVO

 

Por razones de coyuntura ya expuestas en este espacio, el mercado corporativo vive un momento de cambios estructurales que se mantendrán a lo largo de los próximos años.
Prácticamente todas las firmas de servicios inmobiliarios, incluidas NKF (Newmark Knight Frank), JLL, CBRE, Cushman & Wakefield (C&W), Avison Young, Colliers International y Coldwell Banker Commercial han generado distintas perspectivas de los cambios que se observan en este nicho del negocio inmobiliario.

Se trata de un impacto estructural y cíclico que genera distintos escenarios. Las firmas globales los ubican en 3 escenarios que tratan de vislumbrar los tiempos de recuperación.

Sin embargo, no será un tema fácil de procesar. A nivel global la tasa de disponibilidad llegaba antes de la crisis a 10.9% al cierre del cuarto trimestre del año y se espera llegue a 15.6% en el 2022.

La recuperación de la economía y el empleo, serán indicadores precisos que permitirán generar movimiento en la absorción, de ahí que hasta ahora se ubique 2022 como el lapso de recuperación.

Un análisis liderado por Kevin Thorpe, Chief Economist en Washington de C&W prevé que los niveles de disponibilidad regresarán a niveles previos a la crisis en un 11% hacia 2025.

Lo mismo sucede en materia de niveles precios, que pudieran experimentar ajustes en los próximos años, de cara a una larga recuperación.

Y no solo eso, revertir la prolongada era de densificación con cada vez menores requerimientos de absorción de espacio por empleado tras décadas de crecimiento del workplace, sólo pudo ser interrumpida por el COVID-19.

En este sentido, NKF que ubica un nivel de disponibilidad de 17.4% promedio en América Latina, ve un escenario desafiante en 2020.

El aumento de las tasas de disponibilidad y el aplazamiento en la construcción de proyectos, debido a la cuarentena en la región, son factores que evidencian la contracción que se reflejó en el dinamismo corporativo en Buenos Aires, Río de Janeiro, Sao Paulo, San José de Costa Rica, Lima, Bogotá y Santiago de Chile.

Aunque con particularidades, estos mercados registran en general contracciones en las tasas de absorción a partir del aplazamiento de decisiones de contratos de arrendamiento de las empresas y el impacto que causan en los portafolios, nuevos inmuebles en construcción que serán integrados al mercado.

En el caso de las tres ciudades más importantes de México, el escenario es similar dado que el contexto macroeconómico, el efecto del distanciamiento prolongado y las definiciones corporativas están sujetas a análisis.

A finales de junio, esta firma preveía para la Ciudad de México (CDMX) una actividad de 95 mil m2, cifra históricamente baja en los últimos 5 años con un impacto en los sub mercados Norte, Insurgentes y Polanco.

Otras ciudades del país, como la Zona Metropolitana de Monterrey, tuvo una dinámica moderada en el primer semestre del año debido a la situación actual que dejó una absorción bruta en renta acumulada en lo que va del 2020 de 11 mil 505 m², que apenas representa 30.6% en comparación a los primeros semestres de los últimos dos años cuando en promedio se desplazaban 37 mil m2.
En el caso de Guadalajara el efecto se reflejó en un incremento del inventario que alcanzó los  684 mil 162 producto de la inclusión de un proyecto que acerca a este mercado a la marca de los 700 mil m². Ese nivel será superado si se consideran los 100 mil m² en proceso de construcción en esa ciudad.

Es un hecho que el desafío es múltiple en el mundo y la región Latinoamérica no es la excepción. Dependerá de la solidez de cada mercado, las posibilidades de adecuarse a variables que no forman parte de decisiones corporativas, sino de un entorno cambiante y sujeto a la evolución de la crisis sanitaria.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.