MERCADOS Y PERSPECTIVA
No es novedad que inversionistas y tenedores de portafolios de family offices vean con cautela el aumento en tasas de interés e inflación experimentados en los últimos meses y que pintan a permanecer en la economía de México y el mundo.
La razón que se complementa con el fantasma de la recesión, es determinante ante las en las tasas de rendimiento en el mercado inmobiliario que se han visto impactadas por los tiempos de pandemia, independiente del furor y oportunidades de los nichos de mercado ganadores.
Si bien la Reserva Federal de Estados Unidos realizó esta semana una alza moderada de 25 puntos base en las tasas de interés, que representa un giro a la baja, detrás existen datos vinculados con la débil actividad económica, en especial en las ventas minoristas, la producción industrial y otros indicadores.
Aunque analistas pronostican que tenderá a descender en los siguientes meses, el fenómeno de la inflación es y será determinante en la forma como los inversionistas vean las oportunidades.
Hace casi un año un tema fundamental para el negocio inmobiliario era la disponibilidad de recursos por parte de fondos de inversión, interesados en ejercerlos en mercados emergentes, donde México ocupa una posición relevante, tal y como sucede con España y Grecia.
En especial, se observaba la atracción que tienen los mercados inmobiliario industrial y turístico en algunos destinos consolidados del país.
Ahora, las tasas de interés, inflación y la actividad económica pudieran ser la antesala de una recesión, tema que endurecerá la política monetaria de los bancos centrales.
En especial, Estados Unidos cerró 2022 con una caída en ventas de 35%, mientras que en Europa las tasas empezaron a subir gradualmente y el impacto fue menor. En el ámbito de los fondos de inversión, una previsión de la firma INMSA establece que en 2023 a nivel global el negocio del real estate no será favorecido ante el entorno macroeconómico.
Desde su perspectiva, ante el actual contexto unos 200 fondos enfocados en el mercado inmobiliario migraron capitales de Estados Unidos hacia Europa, región que si bien tiene una mayor complejidad en la definición de política monetaria, muestra un atractivo superior para los inversionistas.
Este escenario del que se prevé una tendencia recesiva, plantea oportunidades ante un eventual rebote en 2024. La firma cree que en especial mercados como España tienen opciones dado que existen inventarios en los bancos, y ante el riesgo de que sigan en aumento, los fondos pudieran entrar con grandes descuentos.
La expectativa se ve hacia el sector retail, un segmento ganador en 2022, el logístico y turismo.
En el caso de México, la estrategia de inversionistas y family offices se encamina hacia la disyuntiva de preservar capital o generar altos rendimientos. La primera de las opciones, dicen analistas, se hace posible con una gestión pasiva de largo plazo, que genera una tasa real de apreciación de los inmuebles en una proporción equivalente a la inflación.
Pero en el caso de la segunda, una gestión activa se orienta a aprovechar los ciclos de los mercados. Las inversiones que salen de México hacia mercados como España, se efectúan ante la facilidad de movimientos migratorios, entre otros aspectos.
Ante este contexto de incertidumbre, 2023 será determinado por los indicadores macroeconómicos y los mercados que ofrecen oportunidades de crecimiento, al mantenerse en los picos del mercado.
Estas perspectivas son de utilidad para prever el escenario de disponibilidad de recursos para el real estate mexicano.
Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.