OFICINAS VIVEN UN LENTO AVANCE

El negocio de las oficinas no ha estado en su mejor momento. Dos años de pandemia han sido representativos de algunas alertas que venían acechando al mercado.

Un ritmo creciente de nuevas edificaciones y tasas de disponibilidad que rondaban los históricos son sólo algunos de los síntomas.

Estos se complementaron con la caída en la tasa de absorción neta, que tocó a finales de 2021 niveles históricos de 264 mil m2 y precios que se alejaron de los contratos en dólar para tornarse en pesos.

Este escenario complicado por la pandemia es la causa de pronósticos que indican que la recuperación en la Ciudad de México (CDMX) podría tomar de 36 hasta 48 meses.
No es la primera vez que el mercado enfrenta una crisis de final de ciclo, pero sí la más profunda de que se tenga memoria. Ocurrió en 2003 y 2008, procesos que tardaron 2 años en estabilizar la recuperación.

El daño de la actual puede entenderse cuando se considera que el mercado había venido absorbiendo niveles de 250 hasta 400 mil m2, sin embargo, con la caída y la sobre oferta el lapso de recuperación tomará más tiempo del que muchos quisieran.
El inventario en edificación al inicio del año en curso era de más de 500 mil m2 de desarrollos planeados con anterioridad, mismos que enfrentan como otros en la CDMX, el entorno económico y el ambiente político.
Un caso es Reforma donde no se ve cómo arranquen proyectos como la antigua sede de Aeroméxico, Puerta Reforma, el predio en el número 76, el ubicado en el 432 que promovía Abilia y el 39 donde se ubican oficinas del ISSSTE. Estos son solo algunos de los desarrollos en stand by.

Sin embargo, quienes observan con una visión positiva este entorno, saben del inicio de la recuperación, en especial la alentada por empresas de tecnología, entretenimiento, salud y actividades administrativas.
Detrás del impulso que están creando, está en definitiva un efecto cada vez más claro de la adopción de nuevos esquemas flexibles de trabajo, basados en modelos híbridos y políticas de atracción de talento en las empresas que buscan motivar la productividad.
Con distintas visiones aquí expuestas es un hecho que el trabajo en el futuro incorporará al colaborador en el centro, atendiendo temas sensibles para los empleados como la sanitización, la inclusión de sistemas de aire acondicionado limpios y otros factores enfocados en la competitividad y bienestar.

En el estudio Redefiniendo los modelos de trabajo en Latinoamérica, WeWork revela que 85% de los empleados prefieren trabajar en un esquema híbrido, aunque sólo 64% de los 10,000 profesionales encuestados lo tiene.

Esta encuesta regional también revela que el formato híbrido preferido es el de 3 días de manera remota y 2 presenciales, luego de que la mitad destacó la creatividad e innovación como las ventajas principales del trabajo presencial.

Este resultado es representativo de la forma en que los colaboradores definen las líneas del trabajo del futuro. A 2 años, está claro que más allá del corporativo, las redes de espacios y servicios son el complemento del tercer lugar donde se desempeñarán actividades profesionales y productivas.

No obstante, en la práctica corporativa está clara la dificultad en las empresas de establecer vínculos de confianza y colaboración entre equipos en el trabajo remoto y estructuras flexibles.

Sin duda, serán de los principales detractores de una transformación en la cultura organizacional en los retos post pandemia, componente fundamental de la recuperación.

Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg