RANCHO PESCADERO
Como parte de la diversificación de nuevos segmentos, la cadena hotelera Hyatt lanzó en Cabos, Rancho Pescadero propuesta de hospitalidad enfocada en el bienestar.
Esta unidad integrada a The Unbound Collection integró una propuesta orientada al desarrollo responsable hacia el medio ambiente y una experiencia que redefine el concepto tradicional del destino de bienestar.
El resort ubicado en la playa aislada de El Pescadero, al exterior de la ciudad de Todos Santos, había sido parte fundamental de la oferta hotelera en el destino, desde 2009 año en que Lisa Harper, lo inauguró con sólo 12 habitaciones.
El inicio de operaciones se da tras una pausa de cuatro años, que representa un inmueble transformado en un nuevo nivel de lujo frente al mar de Todos Santos, una prolífica comunidad agrícola y pesquera y Pueblo Mágico conocido por su importancia histórica.
Situado entre el desierto y un extenso tramo de costa, este complejo de 12 hectáreas cuenta con más de 335 metros de frente al mar y nueve jardines interconectados, dos granjas y un huerto de cítricos que impulsan sus programas culinarios y de bienestar.
Asimismo cuenta con un criadero de tortugas marinas, un santuario de aves tropicales y rutas de senderismo y ciclismo.
Diseñado por la arquitecta mexicana Alejandra Templeton, de la empresa Indigo Añil, con sede en Los Cabos, la estética ligera y aireada del complejo se caracteriza por los tonos neutros y las líneas limpias yuxtapuestas por alegres texturas que se mezclan a la perfección con su entorno.
En su propuesta conceptual, Harper dice que en el espacio los viajeros “transmutan”.
El trayecto se da a través de una entrada de concreto sin marcar da acceso a un entorno de abundante vegetación con obras de arte y estallidos de color.
Desde este punto, el trayecto integra dos caminos: uno de ladrillo y otro de arena.
El complejo se integra por 12 villas frente al mar construidas en las dunas que rodean la costa cuentan con acceso directo a la playa, duchas exteriores, amplios patios con piscinas de inmersión y fogones.
Las 91 habitaciones y suites restantes, la gran mayoría con vistas al mar y a la costa, incluyen terrazas privadas en la azotea y salas de estar al aire libre con lujosas camas de día.
La decoración de estilo bohemio lleva a los viajeros a un viaje por México con toques como los azulejos del baño de Talavera hechos a mano en Tlaquepaque, cabeceras de acero con detalles de borlas de cuero hechos en Chihuahua, jarrones de cobre de Michoacán y telas procedentes de Tijuana. Estas piezas están hechas a medida por los artesanos seleccionados por Templeton, que se asegura que todo se compre del comercio justo.
Asimismo integró tres conceptos gastronómicos supervisados por el director Culinario Sandro Falbo.