RECONVERSIÓN CONSOLIDA

La transformación es una alternativa para desplazar espacios corporativos, pero tiene alcances limitados.

Producto de las secuelas de la pandemia, los nuevos requerimientos de formas de trabajo y la demanda de espacio en las empresas, sin que haya una política definitiva que determine el camino de los espacios.

Sin embargo, en los espacios figuran alternativas de transformación en una época de sobre oferta de espacios, destacan el rediseño de los espacios para integrar entornos distintos para los formatos híbridos de trabajo y esquemas de colaboración.

“No sólo se trata de reducir el espacio o evaluarlo únicamente con base en el costo por persona o por metro cuadrado; más bien, se deben considerar elementos que agreguen valor a la dinámica de trabajo, como un adecuado ambiente laboral”, asegura Arturo Bañuelos, Director Ejecutivo de Proyectos y Desarrollos de JLL México.

El directivo considera que los últimos dos años han puesto a prueba la viabilidad de las construcciones.
Por ende, actualmente los despachos de arquitectura y de construcción proyectan y diseñan espacios flexibles, “que puedan ser modificados y adaptados tanto a las necesidades de los empleados como a los avances tecnológicos, de manera oportuna y sin generar costos elevados”.
Este es un tema prioritario para un mercado que aún registra niveles históricos de desocupación, y que en casos como la CDMX dispone de más de 1.8 millones de metros cuadrados desocupados por colocarse.

Otro de los caminos explorados por propietarios ha sido la reconversión para habilitar espacios de vivienda en renta con formatos de coliving y el co working, operado a través de plataformas en expansión que permiten utilizar  que desde finales del año pasado permitió colocar en el país 494 mil m2 que antes servían a corporativos.
Pese a las limitaciones que una reconversión puede crear en dar solución a un mercado en recuperación, una tendencia que predomina en la reconfiguración de oficinas es la ampliación de espacios de trabajo colaborativos y al aire libre, así como el uso de terrazas y balcones.

Cabe señalar además que, antes de la pandemia en promedio 80% de la superficie total de una oficina con configuración tradicional era ocupada por lugares asignados. Actualmente, esta cifra cambiará a un 60 y 65%, dando paso a lugares flexibles y de interacción colaborativa.

“El bienestar del empleado está en el centro de las conversaciones arquitectos y constructores, así como gerentes de proyectos, centrados en generar espacios que faciliten una integración ágil, la conversación fluida y un nivel óptimo de comodidad física y mental de los usuarios”.

En este sentido, Jimena Fernández, director de interior architecture & design en Ware Malcomb México dice que en los últimos 2 años ha habido una migración de las empresas hacia espacios donde no sólo han mejorado condiciones de contratos, sino que han logrado hacer una mejoría en el costo de los espacios.

De acuerdo con la plataforma Passwork el costo de las oficinas por empleado es de aproximadamente $148 mil 800 pesos al año, por ello es considerado el segundo gasto fijo más importante después de la nómina.
De acuerdo con su modelo de negocios, al utilizar una plataforma que genera la optimización de los espacios, un empleador promedio puede ahorrar un promedio de 220 mil pesos al año por cada persona que trabaja de forma remota entre 2 y 3 días a la semana, es decir un millón de dólares por cada 100 empleados.

“Con branding y nuevas distribuciones estamos dando una nueva vida a los espacios, donde hoy se puede trabajar de manera híbrida como una estrategia para favorecer el regreso de los empleados a las oficinas”, explica Fernández.

También enfatiza que los espacios de oficinas demandan dar la “autonomía a los colaboradores que se ganó con el trabajo en casa, donde exista cercanía, entornos privados, pero donde se pueda favorecer la cultura corporativa y control del tiempo y espacio individual”.