SUBARRENDAMIENTO CORPORATIVO

La cautela en las decisiones inmobiliarias abrió la puerta a nuevas modalidades, producto de los requerimientos de los inquilinos.

Esta inercia internacional plantea para los mercados en distintas ciudades de México, un cambio fundamental que justitica la multiplicidad de negociaciones entre inquilinos y propietarios, además de la desocupación de espacios o división de requerimientos distintos.

“Estamos viendo, todavía sin que haya una tendencia, que sí empieza a haber cierta disponibilidad de algunos arrendadores por flexibilizar de alguna manera los contratos. Ya sea por reducir los espacios, o por hacer a lo mejor una renovación de contratos que no sea tan a largo plazo”, dice Martha Millán, Senior Managing Director de Enterprise Strategies en Newmark México.

Esta coyuntura que aún está definiendo los nuevos parámetros orilla a desarrolladores e inversionistas a aceptar condiciones distintas a los contratos de largo plazo, muchos de los cuales traían consigo penalizaciones por cambios.

Actualmente no sólo están ajustándose condiciones, sino que además la figura del subarrendamiento está oxigenando a inquilinos con contratos vigente de largo plazo, o bien a planear de una manera estratégica las demandas de espacio en el futuro inmediato.
Otro factor que se produce en el entorno actual es el renacimiento de inmuebles de segunda generación, que habían experimentado procesos complejos por la salida al mercado de edificios A+ en construcción y que saldrán al mercado en los próximos 2 años.