TURISMO ATEMPERA REAL ESTATE
Es mitad de año y el negocio inmobiliario continúa su dinámica de expansión, pero con un ritmo distinto. En este lapso, se han quitado del inventario en construcción unos 4,000 cuartos de hotel, al tiempo que México descendió una posición en el ranking de la Organización Mundial del Turismo (OMT), publicado en mayo pasado.
Lejos del efecto macro, acompañado por un contrario incremento de 4.7 por ciento en el arribo de turistas extranjeros, este año se agregarán al inventario 23 mil nuevas habitaciones, de los cuales se inauguraron ya nueve mil 600, según la previsión del período hecha por el área de Research en CBRE.
Esto significa que si bien los proyectos continúan, el ritmo empieza a desacelerar su dinamismo, al grado que los cuartos planeados en 2020 son apenas 8 mil 300, 7,900 en 2021 y sólo 5 mil 800 entre 2022 y 2024.
Pese a todo pronóstico, por el efecto que ha causado en la industria hotelera en Cancún y Riviera Maya el sargazo, el estado de Quintana Roo recibió el primer semestre 47% de la nueva oferta agregada al mercado, en particular lo que se ve para Cancún mismo y Playa del Carmen.
Otro caso, indica el análisis, es Los Cabos en Baja California Sur, que recibió 10% de la apertura de nuevos cuartos integrados al mercado en lo que va del año.
Ahora bien, en el segundo semestre del año las proporciones y representatividad no varía respecto a la posición que tienen Quintana Roo, Ciudad de México, Jalisco, Baja California Sur y Nayarit que recibirán 44, 9, 7 y 5 por ciento respectivamente de la nueva oferta en construcción.
Específicamente Riviera Maya integrará 3 proyectos, sólo uno de ellos contará a finales de año con 850 habitaciones y una inversión de 250 millones de dólares. Dos más tendrán mil habitaciones cada uno, e iniciarán operaciones en octubre.
Un dato relevante es la Ciudad de México (CDMX), que en los últimos años ha sido un gran receptor de proyectos con componente hotelero, tendencia que le convierte para este lapso como el segundo destino de mayor inversión hotelera, en especial en el segmento de negocios.
La tendencia no puede ser más clara. Es un dinamismo que ha permitido distintas transacciones de compra-venta. Sólo en abril, se registraron operaciones como la compra de Walton Street Capital de The Resort at Pedregal en Los Cabos, las dos compras que LVHM hizo de los Belmond Maroma Resort & Spa en Quintana Roo y el Belmond Casa Sierra Nevada en San Miguel de Allende.
En el mes de abril se registró la operación con la que Ohana Real Estate Investors compró el proyecto Montage en Los Cabos. Particularmente, las transacciones de compra de hoteles son un asunto que mantuvo con un gran movimiento el negocio hotelero y dejan ver también el interés de fondos de inversión.
Sin embargo, un tema que podría reflejar cambios pese al atractivo que guardan destinos relevantes del país es el cambio en la asignación de presupuesto gubernamental en 2019. Justo el Ramo 21 destinado al turismo ha venido decreciendo desde 2016, año en que se erogaban 5 mil 211 millones de pesos hasta los 2 mil 966 previstos en el año.
Lo que hace distinto el escenario, es la inclusión de un capítulo en el ramo. Se trata de los 5 mil 820 millones de pesos que se destinan al proyecto del Tren Maya, monto que representa 66 por ciento del presupuesto de este ramo.
Esta obra, que involucra un recorrido de mil 525 kilómetros y pasará por Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, con un total de 15 estaciones es una de las grandes apuestas de la actual administración.
A pesar de que involucra 57% de inversión privada, la estructura financiera basada en la propuesta de la integración de una FIBRA (Fideicomiso de Inversión en Bienes Raíces), tampoco goza de gran aceptación en el mercado inmobiliario por la complejidad que representa su conceptualización para convencer inversionistas.
Con todo, el actual momento del negocio inmobiliario hotelero sigue siendo atractivo.
Artículo publicado en El Financiero|Bloomberg.