VIVIENDA Y OFERTA

Luego de una caída dramática de los mercados de vivienda en los últimos dos años, las ventas de este mercado redujeron 6% su valor de mercado equivalente a 19 mil millones de pesos.
Sin embargo, no todos los segmentos experimentaron el mismo ajuste. El mercado de vivienda social llegó hasta un nivel negativo de 22%.

Gene Towle, socio director de Softec dice que esta caída en la producción de vivienda se origina en la falta de inicios de proyectos por parte de desarrolladores e inversionistas. Este freno es consecuencia del aumento de requisitos para obtención de permisos licencias y factibilidades, el cierre parcial de oficinas municipales, estatales y federales, así como requisitos más estrictos por parte de los intermediarios financieros para otorgar créditos de construcción.

En suma, dice, “hay compradores, pero no producto. Sí, se ha vuelto más complicada y lenta la gestión de permisos municipales, estatales y federales, pero ahí está la oportunidad que genera la formación anual de casi un millón de hogares que no se está aprovechando y están ávidos de comprar. Representa un gran reto resolver la compleja gestión, conseguir terrenos y capital pero: ¡Claro que vale la pena!”, detalló.

Towle considera que la vivienda social pasó de un valor de venta de 36 mil quinientos a 28 mil seiscientos millones de pesos, equivalente a una caída del 22%.

“Hay que hacer algo y rápido, porque se trata de familias que van a buscar de una forma u otra de comprar o construir una vivienda, con más riesgos de irregularidades que las que ofrece la industria, que tiene encima una vigilancia muy estricta. Después de todo, la industria entrega casas construidas de acuerdo a las normas, con documentación de propiedad completa, heredables y con todos los servicios”.

Desde la perspectiva de Softec existen desarrolladores, como RUBA, ARA y SADASI que aprovechan las oportunidades que brinda el mercado de vivienda social al registrar un crecimiento récord en el último año.

“Muchos emprendedores se retraen porque sienten incertidumbre sobre los mercados. Les falta información sobre las oportunidades efectivas que hay para la planeación, financiamiento, producción y comercialización eficiente de vivienda”, concluye.