TRANSPORTE ELÉCTRICO

Son un total de 11.5 millones de personas que se mueven en la zona metropolitana, pero 80% lo hace en las distintas opciones de transporte público que opera en la Ciudad de México.

Esta inercia ha alentado el desarrollo de proyectos que buscan atender con eficiencia y menor impacto ambiental la demanda de movilidad en el transporte público. Uno de ellos es el transporte eléctrico que además de contar con experiencia en el pasado, representa una opción para reducir la huella de carbono.

Su instrumentación tiene efecto directo en el mejoramiento de la calidad del aire, la optimización de los costos operativos y robustece la seguridad energética, que en los últimos meses atravesó por una crisis de abastecimiento de combustible.

Obedece también las alternativas que autoridades e iniciativa privada han buscado en las últimas dos décadas, mediante distintos programas que buscan mejorar la calidad del aire acorde con los estándares internacionales.

Se trata de programas en los que se podrían sustituir alrededor de 30 mil unidades en un lapso de 4 años. Sin embargo, la apuesta es ambiciosa dado que la integración de ecosistemas de electro movilidad y su aplicación, requiere también considerar aplicaciones en esquemas de negocio que involucran transporte privado y público, a través de autobuses de pasajeros, vehículos de carga y logística, así como vehículos compactos de servicio público y privado.

Un ecosistema integral involucra que el ecosistema sea integral en la optimización de ingeniería, incentivos para la fabricación, políticas públicas, económicas y de accesibilidad.